Sólo verles te da que te van a molar. Pelos a lo espinete y txapas por todos los lados. Y es que a veces las apariencias no engañan. Y es oírles y algo se dispara por tu cabeza y hay que subir el volumen porque tu cuerpo reacciona sabiendo que le estas dando lo que necesita. No hay que recurrir a los Buzzcocks ni a los Boys para mejorar tu salud mental ya que estos tíos traen la medicina que los anteriores te dan. Añades a los Beach Boys y ya tienes la pócima perfecta y que tan bien les queda a estos tíos. Ese universo en el que también están Paul Collins, The Real Kids, The Undertones y The Plimsouls por poner unos ejemplos de grupos clásicos. Otros más actuales y que están a la zaga son The Biters que molan que no veas. Lo curioso por lo leído es que parece que a todo dios esta música le quita años de encima por lo que los que lo apreciamos tenemos ya una edad parece ser y es escucharlo y dar palmas con las orejas. Parece que los gustos de los chavales van por otros derroteros. Si es que a la hora de la verdad puedes oir todo tipo de música pero cuando oyes un grupo como este tienes un enganchón que te dura una buena temporada. Te quitan el muermo ipso facto.
Presentan el disco “Dangerous Game” que es de esos discos que lo pones y sin darte cuenta ya se ha acabado y te quedas con cara de “quiero más”. Pepinazo tras pepinazo, melodías imbatibles con coros a tutiplén. Llámalo power-pop, llámalo punk-rock, llámalo glam-rock, llámalo como quieras. Diversión asegurada, que es de lo que se trata y un quitapenas infalible. Bueno, me imagino que lo último será el directo “Live from the Banana Stand” que muestra al grupo en su salsa y que es oírlo y estar contando las horas para que llegue el concierto.
El concierto es el “Crazy Horse” de Bilbo. La entrada es la justa para este tipo de garitos. Ni mucho ni poco. Empiezan con “I Think I’m In Love” que enganchan con “Down In The City”. Te tienen en el bote a las primeras de cambio. No hay que darles más vuelta. Esto es rock’n’roll y es sábado por la noche así que toca dejarse llevar y disfrutar. A partir de aquí un repaso a los dos discos que tienen más alguna versión sorpresa. A los tíos se les ve disfrutando sabiendo que creen en lo que ofrecen y dando buena cuenta de ello. Tienes que estar muerto para no dejarte llevar por “Modern Cinderella”. Más leña con “Sleeping Alone”, los ou ye de “Forget It” te salen del alma. Mucho meneo con “Discoteque” que tenían que estar forrados por este tema en un mundo como dios manda. Temazos como “Hanging Me Up”, “Nowhere to Go”. Sin descanso. Ninguno sin desperdicio.
La banda conjuntada con un base rítmica potente, dos guitarras que se alternan en las voces y a las teclas el más fornido dando la chicha adecuada. No dices que está algo enfermo pero el tío al pie del cañón. Cogiendo la guitarra cuando el cantante sólo se ocupa del micro.
Más temas que son una delicia como “Smirk”, “Such A Bore”. Buahhh, estoy en la gloria. Enganchan “Wouldn’t Last” con “Be True” que te da un subidón que no veas. Un tema nuevo que es de traca como “Last Thing I Do” y que es de los que te hacen fan a muerte de este grupo desde ya. A por “Toys in the Attic“ que es puro desenfreno. Cae el “Boys Don’t Cry” de los Cure que les queda de miedo y acaban con “I Wanna Know” y el cantante mezclado con el público cantando la canción.
La gente quiere más y los tíos están por la labor. Turno para “Seventeen”. Esto es medicina para el cuerpo y sin receta médica. Momentos delirantes con el guitarra en los hombros del de las teclas y este a su vez tocando la guitarra. Despiporre. A moverse toca con “Shakin’“ que es a lo que invita y sin control. Versión del “Runaway” de Del Shannon que les queda de la ostia. Acaban con “Waiting Around” y esos coros tan Beach Boys que te dejan noqueado.
Tíos jovenes que esperemos nos sigan dando alegrías y si sólo lo apreciamos cuatro pues el resto se lo pierde. Por favor uno de estos una vez al mes. No pido más.
Lugar: Crazy Horse (Bilbao)
Fecha del evento: 28 de marzo de 2015
Texto: Antonio Lopez
Fotografías: David Mars