La película que inauguró la 62ª edición del Zinemaldia fue “The Equalizer”, el nuevo trabajo de acción del director estadounidense Antoine Fuqua y protagonizada por Denzel Washington (con el que ya trabajó en 2001 en Training Day) y que ese mismo día recogió el Premio Donosti, homenajeándole así por su larga trayectoria profesional.
Es una adaptación libre de la serie de 1985 “The Equalizer”. En él Washington interpreta a un ex agente retirado (presumiblemente de la CIA aunque en ningún momento lo mencionen), que sacrificó su anterior vida para llevar otra más pacífica, tranquila y “normal”, sometida a escrupuloso control (hay quien diría que es un TOC de libro). Pero un día toda esa rutina a la que está acostumbrado se ve truncada cuando se cruza en su camino una chica inestable y atormentada (Chloë Grace Moretz) totalmente opuesta a él pero que le cae en gracia, y decide ayudarla emprendiendo una lucha poco ortodoxa pero eficaz contra un grupo de mafiosos envueltos en asuntos muy turbios en la ciudad de Boston.
Una mezcla entre “El fuego de la venganza”, “Venganza” y “Un ciudadano ejemplar”, Washington se convierte en el nuevo defensor de las causas perdidas que vela por la seguridad de su entorno más cercano, como si de un nuevo superhéroe de Marvel se tratara.
El resultado es una película en la que Fuqua se ha tomado su tiempo para desarrollar un personaje que si bien parece por momentos una caricatura del papel del justiciero de toda la vida, resulta entretenida y, al fin y al cabo, es lo que nos gusta ver cuando vamos al cine.
Como el primer día siempre es caótico, no tuve tiempo de asistir al resto de los pases que tenía en mi planning diario, por lo que muy a mi pesar me perdí una de mis grandes apuestas, “No todo es vigilia”, así como la popular “La Isla Mínima” de Alberto Rodríguez (Grupo 7) que me interesaba bastante menos que el resto (básicamente porque es más fácil verla en cines). Tampoco pude acudir a “Catch me Daddy” ni a “Difret” (y ésta última sí que me dolió en el alma), y aunque tenía fe de poder verlas cualquier otro día, no pudo ser.
Así que sólo puedo hablaros de “Mommy”, una de las grandes sorpresas del festival.
En Canadá surge una nueva ley que permite que los padres que no pueden ocuparse de sus hijos puedan dejarlos a cargo de un hospital. Pero cuando llaman a Diane para que se lleve a su hijo Steve del centro donde está recluido porque es causante de continuos conflictos, tiene que hacerse cargo de él a pesar de las dificultades por las que pasa y se lo lleva a casa con la intención de comenzar una nueva vida. La convivencia con Steve es difícil y dura puesto que éste padece “Trastorno por déficit de atención con hiperactividad”.
En sus vidas se cruza la vecina de la casa de enfrente, Kyla, testigo de una situación comprometida entre madre e hijo, y que al igual que ellos tiene problemas no resueltos pero con la que comenzarán una estrecha relación de amistad que les servirá de apoyo para poder seguir adelante juntos.
Un gran trabajo de realización e interpretación, tan sugestiva como desgarradora, hacen de “Mommy” una de las grandes películas que han pasado por esta edición del Zinemaldia. Mención especial al uso del cambio de formato como recurso cinematográfico y a la banda sonora, muy recomendable para el público que ya disfrutó de otros trabajos del joven director canadiense Xavier Dolan como “Lawrence Anyways” o “Los amores imaginarios”.
RESUMEN DÍA 1 (19.09.14)
Texto por Zaioa Lopez