Ya el cartel de la gira de MFC Chicken lo decía muy claro: The Kings of the Party!! Y no es para menos, incluso la frase se queda corta por lo que sucedió el pasado jueves en la sala superior del Kafe Antzokia, ya que en una hora y cuarto nos demostraron que son un auténtico torbellino que hace que el personal no pueda parar de bailar. Al acudir a sus directos, además de mover el esqueleto compruebas que son unos fenómenos, simpáticos, fans de los pollos, y cómo no, gente normal con ganas de disfrutar y de hacer disfrutar al público.
Hagamos un poco de historia sobre esta joven banda. Tras la llegada del canadiense Spencer Evoy a Londres, fue asaltado por un aroma de pollo frito caminando por la mítica calle Holloway Road, el cual le produjo dolor de estómago. Se había quedado sin dinero. Entonces sacó su saxofón y se puso a tocar en la puerta de ese local con la esperanza de sacar algo de dinero para su siguiente comida. Fue ponerse a tocar y esas melodías de Rock N’ Roll llegaron al dormitorio de Bret Bolton (antiguo bajista) que vive en la parte de arriba del edificio donde estaba la tienda. Spencer y Bret hablaron y desde ese momento supieron que iban a seguir el mismo rumbo. En pocos días reclutaron a otros músicos y formaron MFC Chicken, dándole el nombre de la citada tienda de pollo.
La formación de la banda está liderada por Spencer Evoy al saxofón y voces, Alberto Zioli a la guitarra y voces, Ravi Low-Beer a la batería, Zig Criscuolo al bajo y, a la batería, el magnífico y auténtico reverendo Parsley.
Dejando ya de lado la historia de la banda, vamos a lo que acontecido en el concierto. La banda del pollo bailarín aterrizó en el Antzokia con su segundo álbum bajo el brazo, “Solid Gravy”, trabajo que mejora con creces a su predecesor “Music for Chicken”.
Empezaron con fuerza el concierto con “Study Hall”. Con “Royal We” comprobé que son unos músicos brutales, auténticas fieras que combinan rock and roll, rythm and blues y garage a las mil maravillas.
Enloquecidos con la oportunidad, Spencer y Zig no dudaron en bajar del escenario para estar más cerca del público, blindarles su mejor reportorio y para que la fiesta que estaban montando subiera de intensidad. También en más de una ocasión se subieron a los altavoces para que el espectáculo fuera un “non stop” de rock and roll. Un repertorio apoteósico de canciones como “Voodoo Chicken” donde el saxofón se hizo el amo y señor de la sala, o “Pocahontas”, donde los primitivos gritos nos transportan a otra época.
Al final del concierto hubo una especie de parón durante el que “El reverendo” nos demostró sus dotes comerciales para promocionar los discos de la banda. Mientras un integrante del grupo anunciaba los discos por el micrófono el bueno del reverendo, con una sonrisa de niño diabólico, cogía los discos y los mostraba de una forma tan cómica que haría sonreír a la mismísima Mona Lisa.
Finalizaron el concierto con “Chicken, Baby, Chicken”, la canción más conocida que atesoran y una de las más potentes que se pudieron disfrutar. Finalizado el concierto no podía faltar un bis. Spencer salió y dijo que iban a tocar unas cuantas más, pero por suerte se marcaron un Bis de tres canciones que fue el colofón final, pero cuando ya todos pensábamos que había terminado se despidieron con “Have love, Will Travel” de sus idolatrados Sonics.
Fue un concierto arrebatador, donde demostraron que Terminator no les hace sombra en esto de montar la fiesta. Espero que vuelvan pronto por estos lugares, aunque según he leído en Internet se anunciaba esta gira como despedida ya que a Spencer le ha caducado el visado y tiene que volver a Canadá. Espero que todo se arregle y pronto volvamos a disfrutar de estos fenómenos.
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 12 de febrero de 2015
Texto: David Mars
Fotografías: Lorenzo Pascual