Gira de despedida. Parece imposible que lo dejen. Pero si siempre han estado hay. Pero bueno, por lo que sea todo tiene un final. Todavía tengo en mi retina la primera vez que los vi. Era un chaval y viendo el programa de la tele “Musical Express” un grupo con TRES guitarras metían una caña que para qué. Eran Los Suaves. Luego se consolidaron como una de las bandas más punteras del rock nacional. Mejores momentos y otros igual no tanto con un Yosi que no sabías como te lo ibas a encontrar cuando ibas a un concierto. Eso sí, siempre con una base fiel de fans que les acompañaban en todo momento. Vamos, podía estar todo el concierto el Yosi sin cantar una estrofa que la basca se las sabe de pe a pa y según contaba Yosi eso pasa cuando una canción se convierte en algo popular y eso es lo más importante que le puede pasar a una canción. Pues Los Suaves tienen unas cuantas de esas así que será difícil olvidarse de ellos.
El concierto es en la sala Santana de Bilbao que presenta un llenazo de los buenos. Arrancan a todo tren con “Cuando los sueños se van” y es que no va a ver respiro desde el minuto cero. Los temas caen como mana para sus fans y estos responden y de qué manera. Todos a una y a dejarse la garganta con cada tema. No es nada nuevo pero siempre te pone la carne de gallina la complicidad que se consigue entre grupo y público. Temas que son la banda sonora de mucha gente y que ya forma parte de sus vidas por lo que se entregan a fondo. Cae “Palabras para Julia” y un “Maldita sea mi suerte” demoledor. Pero como lo pueden dejar, maldita sea nuestra suerte pensaran muchos.
Se ve a la banda a gusto y tocando de maravilla. Es una despedida pero no un entierro así que la fiesta está asegurada. Siguen con “Lisa (1970 – 1996)”, joder que letra tiene este tema, y “Por una vez en la vida” de traka. El concierto va a un ritmo endiablado y llega “No puedo dejar el rock” al que no hay quien se resista. Menudo subidón. La gente a muerte con confeti incluido. Un “Viajando al fin de la noche” tan intenso que casi te deja sin aliento con la gente empujando en todo momento. Las guitarras echan chispas. Vaya punteos que se cascan que hacen que la canción no tenga final.
La banda es un rodillo con unos músicos excelentes. Unas guitarras fantásticas repartiéndose los punteos tanto Alberto como Fernando y doblándose cuando es menester y una base rítmica rocosa como el granito. Con un Charly siempre sonriendo y muy pendiente de los fans. Y el jefe del cotarro, un Yosi en su papel de Yosi.
Pero no hay que desfallecer por que la siguiente es “¿Sabes? ¡Phil Lynott murió!” que levanta a un muerto. Una gozada. Que recuerdos. Y más temas marca de la casa, hay fondo de armario para rato. Un “Siempre igual” de los primeros tiempos y que te llega como el primer día y un “Si pudiera” arrebatador con la gente dándolo todo. Un espectáculo ver a la gente entregada en cuerpo y alma a esos temas míticos. Paso a “Malas Noticias” que apabulla y de qué manera, un “Pardao” brutal. Y cuando digo brutal es brutal. Buff, en la gloria y con más confeti. Joder se te sale el corazón del pecho. Ya va llegando el final y caen un “Mi casa” pletórico y “El afilador” con la gente de bote en bote para poner patas arriba la Santana como no podía ser de otra manera con “Dolores se llamaba Lola”. Se tiene que oír a la gente cantarla hasta en Artxanda. Es el momento de Yosi con las banderas. La Ikurriña, la de Galicia, la de los Suaves y en estas Yosi aparece con la camiseta del Athletic y la bandera del Athletic. Con una copa de corcho roji-blanca en referencia a la Copa del Rey que lanza al público. A ver si les enchufan cinco minutos antes del partido “No puedo dejar el rock” y venga con el cuchillo entre los dientes nos comemos a los cules.
En el bis salen en plan apisonadora con “San Francisco Express”. Como si te pasase por encima un tren de mercancías. Para acabar con “Ya nos vamos” y a ritmo de “Highway Star”.
Pero vuelven a salir con la inmortal “Esta vida me va a matar” que te fulmina sin remisión, cae “Massacre” de los Thin Lizzy que les queda de miedo y todo un homenaje al bueno de Phil Lynott. Que mejor que Los Suaves para ello. Cerrando el concierto con “La noche se muere“ con ese final donde las guitarras se explayan a gusto y ya con Yosi fuera del escenario.
Que decir. Sino sería una despedida sólo pensarías que has visto un gran concierto y que hasta la próxima pero ya no va ser posible. Simplemente darles las gracias por los buenos momentos que nos han hecho pasar y que la música es inmortal por lo que siempre sonaran aunque ya no estén.
Lugar: Santana 27 (Bilbao)
Fecha del evento: 22 de mayo de 2015
Texto: Antonio Lopez
Fotografías: Lorenzo Pascual