El diablo, ratas, serpientes, perros, gatos, Jesus y el blues. Ni en Masterchef se curran un plato más sabroso. Nos presentan su cuarto disco que como ya es habitual lleva el nombre del grupo como título. Los tíos han conseguido que crítica y público vayan a la par. Parece mentira que una propuesta como la que ofrecen haya calado entre la gente. A veces los astros se juntan y suceden estas cosas. Todo son parabienes y la verdad que no es para menos. El último disco sigue la senda de los anteriores sin salirse ni un ápice del camino trazado lo cual ni es bueno ni es malo. Es lo que hay y los tíos ofrecen lo que les gusta y lo hacen de maravilla.
El Antzoki presenta una buena entrada. Se nota que hay expectación. Empiezan con “Tormenta” y es lo que nos vamos a encontrar a lo largo de todo el concierto. Una tormenta sónica sin un momento de descanso. Con Pedro de Dios parece que buscando el toque adecuado para que la guitarra zumbe de lo lindo. Hay de rodillas junto al amplificador y tocando todo lo que tenga a mano para que aulle sin parar. Paco Luis Martos a la otra guitarra, a esa especie de bajo de una cuerda formado con un barreño y un palo. A otro bajo que parece construido con una caja de herramientas y unas cuerdas y si también a un bajo convencional. Carlos Jimena a una batería siempre precisa y marcando el ritmo adecuado.
Siguen con el “Boogie de la Muerte” que invita al meneíto con esa mezcla de blues y rockabilly que hace que la gente se deje llevar como por una danza tribal. Es la llamada de la selva. El volver a la cavernas y como decía un Whatapp que me habían pasado ese día “Si no fuésemos racionales estaríamos todo el día follando, comiendo y durmiendo. Nos tuvo que dar por pensar, Si es que somos gilipollas”. Pues eso, volver a los instintos más bajos y que piense Rita la Pollera. No me extrañaría que alguna vez acabe toda la basca en una orgia multitudinaria en un concierto de estos tíos.
Más temas crudos y directos de su último disco “Hoy Como Perro”, “Mecha Corta”. Siguen con “Rata” y “Huele A Rata” con la gente entregada y disfrutando del tornado sónico que nos ofrecen.
Los tíos a lo suyo. Ni una sola palabra para la galería. El que quiera chistes que vaya al club de la comedía. “Serpientes Negras”, un “Esclavo” potentísimo. Con “Calle 24” podemos cantar algo de esas letras que no dan mucha cancha para ello. Suena “Jesús Está Llorando” y te noquean y de seguido un “Milana” brutal. Nunca pensé que un solo de batería lo iba a recibir tan bien. Pero es que es el único momento que la guitarra deja de aullar y es como una especie de descanso. Te tienen atrapado y estás en su red. De aquí no escapa nadie. Si empezaría la basca a convertirse en vampiros como en “Abierto Hasta El Amanecer” sería el colofón ideal. La música invita a ello y estamos a las puertas del averno.
Más carnaza con “Rezando”, “Lorena”. Tocados con mucha entrega y energía. Como ese “Baby Me Vuelves Loco”. Ya va llegando el final y se lanzan con “Gatito” y cerrando con “Mi Amigo El Blues”. Para el bis cae “Cementerio” y un “Hueso de gato negro” que no deja títere con cabeza y sin compasión nunca mejor dicho. Acaban pletóricos con “Demasiado” y el broche adecuado y que da píe para el vacile posterior con los colegas y es que algún@ habla demasiado.
Se van como vinieron. Sin meter mucho ruido. Durante el concierto ya dieron lo suyo.
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 14 de mayo de 2014
Texto: Antonio Lopez
Fotografías: Lorenzo Pascual
