El viernes noche asistimos a la Sala Rockstar de Bilbao para ver un tributo (organizado por Producciones Salvajes) de algunas de mis bandas favoritas: Nirvana, Foo Fighters y Pearl Jam. Llamaron al evento “Grunge is Alive”.
No es que Foo Fighters sea precisamente muy grunge, un tributo a Soundgarden hubiera sido más apropiado, pero tampoco le iba a hacer ascos a la banda a la que tantas ganas tengo de ver desde hace ya tantos años. Por cierto, yo no sé qué tipo de aire respiran o qué comen en Seattle, pero desde luego es increíble la cantidad de grandes formaciones que se han gestado en la ciudad americana. Habrá que visitarla, a ver si se nos pega algo.
El concierto estaba previsto que empezara sobre las 20.45 horas. Había habido cierta confusión en cuanto a la difusión del evento, ya que la promotora anunciaba el mismo a una hora y la sala a otra. Por lo que nos acercamos a las 20:45, que supuestamente era la hora real y, cuál fue nuestra sorpresa, el primer concierto ya había comenzado. Grrrr…
Debo añadir que también fue un poco confuso el averiguar quiénes eran definitivamente las bandas que iban a tocar, ya que existen varias que utilizan los mismos nombres, con lo que no sabíamos quién tocaría exactamente. En algunos lugares ponía “Die Away” como tributo a Pearl Jam, en otros “5 against 1”… Y yo, no sé por qué, pensé que las bandas que venían eran una de cada madre y país. Evidentemente no resultó ser así.
La que inauguró la noche ante una sala más bien vacía e hizo tributo a Foo Fighters es madrileña, y se llama Fool Fighters. Formada por miembros de diversos grupos madrileños de la escena underground (NOUS, Idioterne, No Aloha…), no pudieron asistir en su totalidad al evento programado para esa noche.
Desgraciadamente nos dio tiempo a escuchar pocos temas, entre ellos “My Hero”, “Big Me”, “Breakout”, “Everlong”, “Monkey Wrench”. No sabemos cuáles nos perdimos, qué rabia. Vocalmente a Juan le costaba alcanzar el tono sin desgañitarse, en ese momento me di cuenta de lo complicado que puede llegar a ser imitar a Dave Grohl, algo que puede parecer tan sencillo… En comparación con el resto de grupos que tocaron durante las dos horas y media que estuvimos en el garito, ésta fue la que quizás por falta de ensayos o por la ausencia del resto de su formación, sonó peor. Y, además, a nosotros se nos hizo corta su actuación por las circunstancias. Me gustaría volver a verles en otra ocasión para poderles juzgar con más fundamento.
Por lo contrario, la banda que mejor sonó fue la que empezó a calentar el ambiente: Kurt Coband. Pasamos de un público que se posicionaba en la retaguardia y apenas movía la cabeza al ritmo de la música, a conseguir cierta complicidad que hizo que el público fuera avanzando hasta estar un poco más cerca del escenario. Sería con el tributo a Pearl Jam cuando acabó de animarse del todo.
Los integrantes de la banda que nos ofreció el tributo a Nirvana eran, sorprendentemente, los mismos que en la anterior banda. Sólo que esta vez cambiaron los roles. Quien antes tocaba la guitarra y cantaba, pasó a hacer los coros y a la batería. El batería, sin embargo, cogió su guitarra y el micro. El bajista, luciendo una acertada camiseta de Pearl Jam, seguía en su puesto. Con lo que esta banda, al igual que la original, se convirtió en un trío.
Aunque comenzó con un algún que otro fallo técnico con el micro, estuvo mucho mejor ecualizado que el concierto predecesor. Creo un acierto el cambio en la composición, sin duda Juan estuvo mucho mejor a la batería y coros que al frente del grupo como vocalista.
Instrumental y vocalmente muy logrados, dieron un concierto breve pero intenso que nos hizo recordar la grandeza en los temas simples pero desgarradores de la banda americana. Lo que me hace preguntarme: ¿Sobreviviríamos a un concierto de Nirvana hoy en día? Recuerdo la versión que hizo Feeder en su paso por Bilbao del tema “Breed”, en la que casi se me salen los pulmones por la boca. Hoy en día sería un campo de batalla de sudor y rabia. Fiesta que, por cierto, no me perdería ni loca.
La gente no estaba del todo suelta todavía, pero quedó satisfecha cuando comenzó el repaso por la discografía de Nirvana, dando prioridad al disco de 1991 (gran año para el grunge) “Nevermind”. Un setlist muy completo en el que apenas se dejaron temas imprescindibles. “Serve the servants” fue la canción que dio comienzo al homenaje, seguida por “About a Girl”, “School”, “Rape me”, “Aneurysm”, “Drain You”, la enérgica “Breed”, el himno por todos conocido “Smells like teen spirit”, “Come as you are” con la que al cantante cometió un pequeño fallo y se equivocó en la letra, “On a plain”, “Lithium”, y terminaron con “Territorial Pissings”. Desde luego, para mí fue el mejor concierto de los tres: por sonido, por actitud, instrumental y vocalmente y por el atino en la selección de los temas (quizás eché en falta “The man who sold the world” o “Polly” por pura melancolía, pero quedé plenamente complacida aún sin ellas). Bravo chavales.
Pues estos chicos que se estaban dejando el culo tocando no terminaron su noche ahí, sino que se hicieron un triplete. Y el guitarra principal que tocó en Fool Fighters se sumó al tributo de Pearl Jam, el batería en el primero y cantante y guitarra en el segundo se adjudicó la guitarra rítmica (con otro cambio de camiseta, uno por cada concierto). El bajista ahí seguía, perenne y concentrado. El batería fue el que ya lo había sido en el tributo anterior. Y otro nuevo fichaje subió al escenario para darle voz al tema. Así que ya teníamos a los cinco que debían poner la guinda al pastel, y que finalmente animaron (con su actuación, no verbalmente) a que el público se acercara un poco más a ellos.
Comienza el concierto con un temazo del segundo disco de los estadounidenses, “Animal”. Bueno, ¿y cuáles no son temazos, por cierto? Siguen con “Even Flow”, del que para mí es el mejor disco de la historia dela música, su ópera prima llamada “Ten”. Con este tema se vio que quizás este tributo lo tenían menos preparado. Algún fallo en la ejecución del tema (instrumental), el cantante no lograba engancharse a tiempo, alguna estrofa perdida, alguna mirada de reojo a las letras (esto se repitió durante todo el concierto)… Reconozcamos que la técnica de Pearl Jam es más compleja, así que personalmente les puedo pasar cualquier fallo que pudiera haber. Y, de repente, el bajista toca las primeras notas de “Jeremy”. Pelos como escarpias. Con “Black” me preguntaba cuándo se van a dejar caer estos cabrones por estos lares, que digo yo que tendrán que promocionar su “Lightning Bolt” en nuestro país, ¿no? El guitarra se lució con sus solos en “Corduroy”, se nota que le gusta y disfruta tocando temas de Pearl Jam. Y “Better Man” y “Alive” cerraron la noche. No puede haber un final mejor que acabar el día con los acordes de “Alive” en tu cabeza.
Lugar: Rock Star (Bilbao)
Fecha del evento: 10 de octubre de 2014
Texto: zaioa
Fotografía: gaizka
