Noche metalera el pasado viernes en la sala Santana 27 con una terna que, a priori, garantizaba el pasar un buen rato. Saxon eran las estrellas indiscutibles, con disco en 2015 (‘Battering Ram’), demostraron que todavía lo tienen. Lejos quedan los años 80, cuando campeaban en el territorio del heavy con discos totémicos como ‘Wheels Of Steel’. Ahora siguen pateando culos y se curran todos los festivales del género para solaz de aquellos jóvenes y de nuevas huestes que se siguen apuntando al metal.
Principiaron, con puntualidad suiza, ‘77, combo catalán más cercanos a las propuestas del hard rock mas acedeciano que al sonido “pesado” más canónico, que dieron un show espídico en el que las guitarras echaron humo, se desgañitaron a la voz y concitaron el interés de la peña. Con un sonido más que aceptable descerrajaron pepinazos de sus cuatro discos (a 18€ en el puesto de merchandising), headbanguearon con las melenas al viento, lanzaron andanadas de riffs, puntearon fieros entre el respetable y homenajearon a Lemmy, un clásico a lo largo de toda la velada. Se lo curraron y demostraron por qué tienen un sitio con uno de los grandes. Ahora les falta dar el salto y mimbres no les faltan.
Puntuales no, puntualisimas, salieron las chicas de Girlschool, combo heavy que tuvo su mejor época en los 80 y que tuvo momentos de gloria. Mujeres en un mundo de machotes pero que supieron hacerse un hueco a base de guitarras pegadizas y una actitud a prueba de bombas. Sobrevivieron a la muerte de su cantante y guitarrista Kelly Johnson y en la actualidad giran muy a menudo. Embutidas en trajes de cuero, con simples vaqueros, las cuatro inglesas, ante un público más numeroso, tiraron de oficio agarrándose al heavy más canónico de riffs monocordes y pelín mazacote (“Hit And Run”) y surcando meandros de guitarras rijosas para homenajear a Lemmy (“Take it like a band”). Repasaron temas de todas las épocas y les dio tiempo a homenajear a otro grande, Ronnie James Dio (“I Spy”).
Cuando a las 21:40 (puntuales otra vez) empezó a sonar “It’s A Long Way To The Top” de AC/DC, la gente se apretujó en las primeras filas. Salieron Saxon y el gran telón de fondo cayó para mostrar el águila metálica que coronaba su escenario. Biff Byford sigue ejerciendo de gurú del metal y está en una forma estupenda. Soportados por una sección rítmica de batería atronadora y doble bombo, Saxon se lanzó al fragor de la batalla empuñando temas que marcaron historia. Principiaron con “Battery Ram” y durante dos horas no bajaron el pistón, jalearon a la grey heavy, pidieron palmas, coros y todo lo que hace falta para la liturgia de los sonidos más duros (explosiones de humo y juego de luces de lujo incluídos). Los temas fueron cayendo; “Heavy Metal Thunder” sonó como tal y “Never Surrender” fue coreada en éxtasis. Las guitarras se doblaban en punteos acerados o rasgaban el riff, y Byford le echaba redaños a unos temas ya incendiarios. Versionaron el “Ace Of Spades” de Motörhead, previo al subidón final de “Wheels Of Steel” como colofón. Dos bises hicieron, descollaron con “747 (Strangers In The Night)” y pusieron cachondo al respetable con “Crusader”.
Dos horas de concierto que demostraron que Saxon siguen siendo unos grandes en el panorama del metal. Yo hacía mucho tiempo que los tenía abandonados, no creo que vuelva a sus discos, pero se ganaron mi respeto encima de un escenario.
Lugar: Santana 27 (Vitoria)
Fecha del evento: 16 de diciembre de 2016
Texto y fotografías: Lorenzo Pascual
