Tercera edición de un pequeño festival que va triunfando y ganando nuevos interesados año tras año, y es que cuando la calidad está garantizada solemos ser unos cuantos los que nos desplazamos hasta donde haga falta. Ésta edición se celebraría por partida triple: 15 de mayo Barcelona, 16 y 17 de mayo Madrid y el 16 de mayo en Zaragoza. Éste último fue el escogido por un servidor por proximidad y se desarrollaba en el Teatro de las Esquinas. No fue difícil de localizar y hasta que comenzó el show nos entretuvimos comprando algunas golosinas musicales. En mi caso me hice con un cd de las primeras grabaciones de Swamp Dogg, acreditado al entonces adolescente Little Jerry Williams, así como el recientemente editado Espíritus en la oscuridad (viaje a la era soul), grueso tomo escrito por Andreu Cunill en el que se da cuenta de los cientos de álbumes olvidados de la música negra, centrado sobre todo en el amplio campo que supone el género soul. Una compra de las buenas, muy recomendada.
El primer grupo que abrió el evento fue Aurora & The Betrayers, que tenían editado su primer larga duración y que atrapó la atención de todos los allí presentes. Con diez músicos sobre el escenario y la sorpresa de ver al genial teclista de los Cherry Boppers (Juan Ortiz) con ellos, soltaron su repertorio con mucha destreza y con aullidos de Aurora García (anteriormente vocalista de Freedonia) que en muchas ocasiones iban cargados de furia. “Ain´t got no feelings” fue cerrando el pase y dejó claro al escaso pero atento público que las canciones propias de ésta nueva banda son de sobresaliente, y que el futuro posiblemente les espere con los brazos abiertos.
Era el turno del que para mí era el cabeza de cartel del día: el indomable Swamp Dogg, con su primera visita a España. Cierto era que se trajo a su madre para que hiciera las veces de entrante musical del propio Swamp y aún interpretando únicamente dos temas, la mujer (Vera Lee) nos dejó boquiabiertos. 93 años que gastaba la señora y no dejó de bailar y de moverse por el escenario, interpretando primero un tema de jazz y después un blues. Tras la telonera más especial posible salió Swamp Dogg con bastón y con peor pinta física que su progenitora, las cosas como son. Aunque su capacidad vocal, que es lo que aquí realmente cuenta, sigue intacta. Prácticamente como en sus mejores días.
Abrió el asunto con I´m the lover man seguida de Did i come back too soon. Con elegante traje blanco y sentado casi todo el primer tramo tras su teclado, siguió regalándonos perlas semi desconocidas de su rico catálogo: a mitad del tema (muy coreado, por cierto) Got to get a message to you el viejo perro del pantano salió del escenario y todos temimos lo peor. “Un concierto así de corto para un viaje tan largo?” y comentarios por el estilo que pronto cesaron al observar cómo el bueno de Jerry Williams salía por el lateral y bajaba al público, para cantarnos, saludarnos y hacernos sonreír. Y no fue una pose falsa, ya que el septuagenario se recorrió la sala y dio la mano prácticamente a cada persona del público. Cuando finalizó la extensa interpretación de la canción encaró el final del concierto con la suprema Remember i said tomorrow y la crítica social Sinthetic World que puso el broche de oro al show. Nos contaron que en el Black is back madrileño se estiró con “Sam Stone”, en nuestro caso no pudo ser, pero nos queda rememorar la escasa hora de auténtico oro soul que allí aconteció. Porque nos pellizcamos y, sí, sucedió de verdad.
El chaval del tupé, Eli Paperboy Reed, apareció en escena trajeado como siempre y (muy) dispuesto a hacernos bailar, o al menos a intentarlo. Muchos temas de su último trabajo (Nights like this, 2014)como Grown up, lonely world o Woohoo fueron bien mezclados en el setlist con los temas de sus dos primeros álbumes: name calling o Tell me what i wanna hear fueron dos buenos ejemplos, logrando en ellas que el público bailase de lo lindo. El baladón It´s easier fue un emotivo momento, y las bailongas Take my love with you y Stake your claim llevaron la adrenalina a través de las guitarras y los vientos hasta nuestro sistema nervioso y fue algo excitante. El protagonista de la noche no dejó de interactuar con los allí presentes a través de gritos de pregunta-respuesta así como dando a entender que estábamos allí para bailar, y que bailásemos más. Sino lo conseguía con Explosion no iba a lograrlo con ninguna otra tonada, y fue ésta canción que cierra su segundo disco la que mas funk insufló a la noche y con sus constantes movimientos a lo James Brown, el blanquito soulero nos ganó del todo, si es que no lo había logrado ya.
Es justo comentar que la afluencia fue, como he dicho, más bien escasa. Y a uno le da cierta rabia comprobar qué poca gente acude a un evento lleno de calidad, histórico y único como éste y cómo sin embargo, son miles de borregos los que compran bonos para el Bbk live o el Rock in rio, sin importarles ( en muchos casos) siquiera el cartel. Lo bueno, aún así, nos lo llevamos nosotros y los allí presentes aquel viernes de mayo; espacio para movernos, en primera fila y con semejantes prodigios musicales. El Black is Back es vida, y que tarde muchos años en terminarse.
Lugar: Teatro de Las Esquinas (Zaragoza)
Fecha del evento: 16 de mayo de 2014
Texto: Jon
Fotografías: marta