A veces merece la pena hacer una escapada relámpago para ver uno de los más grandes espectáculos musicales de la actualidad, y es que el Reflektor Tour 2014 de Arcade Fire merece todas y cada una de las horas que he perdido de sueño, juegan en otra liga, así que hay que tratarlos como tal, y si eso supone un viaje express a Londres, que así sea.
En el Reino Unido la cultura musical es envidiable, prueba de ello es lo que puedes escuchar en cualquier pub nocturno del centro: nada de lo que aquí podría considerarse “pachangueo”. Por eso no es extraño que en un concierto de Arcade Fire se junten jovencitos con ganas de liarla parda en el pogo central o maduros señores de traje acompañados de sus señoras enjoyadas o en grupos de otros señores trajeados o señoras enjoyadas, las agrupaciones dan igual, lo que quiero es dar cuenta de lo ecléctico del público londinense (en este caso).
Las puertas del Centro de Exhibiciones de Earl’s Court abrían a las 6pm y pocos minutos después 2Manydjs empezaban a caldear el ambiente, la pista aun no estaba llena ni a un 25% de su capacidad pero se intuía que algo grande iba a pasar. A las 19.15h la joven y fulgurante estrella neozelandesa Lorde salía a escena como segunda telonera de los canadienses. La puesta en escena de Lorde es tan minimalista como su música: dos músicos, uno a los teclados, sintetizador y sonidos pregrabados y otro a la batería y luego ella, con un pelo larguísimo vestida con un traje gris y moviéndose con tantos espasmos que casi parecía estar poseída. 45 minutos de concierto en el que repasó su, por ahora, corta trayectoria musical. Aun nos hicieron esperar media hora más entre el fin del concierto de Lorde y su actuación. Podría escribirse una crónica diferente enfocada en cada uno de los componentes de Arcade Fire, porque cada uno de sus componentes tiene una personalidad única, la grandeza en directo de esta banda reside en ser capaces de mantener ese equilibrio como banda y dar a cada componente su momento de gloria, sin que, a veces, haya un líder claro (con permiso de Win, su fundador). Todos los miembros son multinstrumentistas y durante los conciertos se intercambian las posiciones, dotando, aún más, de gran dinamismo a la puesta en escena.
A las 20.30 un hombre de traje y sombrero cubierto completamente de espejos aparecía en un escenario situado en medio de la pista, la cámara le estaba grabando y podía verse proyectado en las pantallas que flanqueaban los lados del escenario (formadas por cuatro hexágonos). El telón cayó y Win adelantaba lo que nos esperaba “¡Reflektor!“. Para evitar esos reflejos tenía que llevar los ojos pintados de negro, a modo de antifaz. En medio de la canción cogió el movil de una persona de, público para grabarles un vídeo, creo que ya nunca cambiarán de movil. El espectáculo no está concebido al azar, todo está pensado, hasta el más mínimo detalle no es banal, por eso la elección del setlist tampoco lo es, por eso empiezan con Reflektor y terminan con Wake Up, lanzando un mensaje, cada uno que lo entienda como quiera (It’s just a Reflektor………Wake up!). En el lado visual la sinergia la consiguen con detalles como el escenario movil (formado por espejos hexagonales que se movían y variaban visualmente el escenario), el bombo de la batería era un espejo, el violinista lleva en su ropa, en grande, una A y una F, los vídeos proyectados podrían ser parte de un proyecto de videoarte, y, lo que más me gustó: la imagen que se proyecta en las pantallas gigantes de los lados del escenario es lo que está ocurriendo en el escenario, pero a diferencia de lo que ocurre en otros macroconciertos en los que esas pantallas estás dispuestas para facilitar la visión de todos los asistentes estás tienen una peculiaridad, la imagen que en ellas se proyecta es la versión volteada de lo que ocurre en el escenario. Malditos Arcade Fire y su sentido global del espectáculo. La segunda canción fue Flashbulb eyes, toda una oda al mito de la cámara fagocitadora de almas (what if the camera really does take your soul..) y a la ausencia de miedo (hit me with your flashbulb eyes, I Got nothing to hide). Win nos fagocitó cuando tomó prestada una de las cámaras que grababan el espectáculo para grabar al público. El tercer tema, Neigbourhood #3 (Power Out) recordaban su disco Funeral, su primer disco. En este concierto hubo tiempo para recordar todo su maravilloso repertorio. Para este momento el peculiar hermano de Win, William Butler (por cierto, todo un flamante nominado al Óscar a la Mejor Banda Sonora Original por Her) llevaba puesto una especie de tele-cubículo en la cabeza en la cual se proyectaban diferentes imágenes (estoy segura de que todas tenían algún significado). Siguieron con el mismo disco y tocaron Funeral. Para volver a Reflektor con Joan of Arc.
Con Month of May empezaban el recorrido de su tercer álbum, The Suburbs . Y volvían a Reflektor con We Exist mientras en la pantalla se proyectaba un bailecito que estaba teniendo lugar en un segundo escenario en el centro del lugar (en donde estaban pinchando 2Manydjs). Comenzaba el recorrido por sus discos anteriores con The Suburbs, The Suburbs (continued), Ready to start, Neighborhood #1 (Tunnels), Intervention, No cars go y Haití, dándole protagonismo a la genial Règine, preparándonos para la siguiente canción, la que retomaba el disco nuevo en el repertorio. Cuando sonaba It’s never over (Hey Orpheus) de manera mágica Régine apareció en el otro escenario, teatralizando el mito de Orfeo y Eurídice. La música se mantenía al finalizar el tema y Règine, sorprendentemente, apareció otra vez en el escenario principal para cantar Sprawl II (Mountain beyond mountains) cobrando todo el protagonismo para esta canción tan Blondie, brincando por el escenario con unas cintas de colores, destilando energía y alegría. La manera perfecta de acabar muy arriba un concierto. Pero esto no acababa aquí…. Sin apenas dar tiempo empezó a sonar Helter Skelter mientras los cabezudos Arcade Fire tomaban el segundo escenario y bailaban para dar paso a los bises. Normal Person dio comienzo a la segunda parte seguida de una muy especial versión de London, de The Smiths, con Win llevando una careta de la Reina Isabel II mientras cantaba el guitarrista, Richard Reed Parry. Con Here comes the night time volvieron a levantar a todo Earl’s Court al ritmo caribeño y el confetti convirtió el concierto en una fiesta.
Y el broche final no podía ser otro que Wake Up y esos coros que terminaban de hacer partícipe al público, si no lo había hecho antes, de este colosal espectáculo. Entiendo que haya gente a la que no le guste la “parafernalia” de la puesta en escena más allá de lo musical pero sin duda Arcade Fire son más que un grupo de música, lo saben, y quieren seguir siéndolo.
Lugar: Earls Court (Londres)
Fecha del evento: 06 de junio de 2014
Texto: aida