Se esperaba con ganas la vuelta de Coque Malla por Bilbao para disfrutar de la puesta en escena de sus nuevas composiciones. La suerte había sido esquiva la última vez con una cancelación de última hora dejándonos al público y al propio Malla un sabor amargo que no salado del ex-ronaldos.
Como el título de su último disco, se hizo de rogar su aparición en la Sala Stage Live cuál último hombre en la tierra con un retraso de media hora amenizado al menos por la discografía de David Bowie, algo de agradecer.
Su último disco sorprende en la riqueza de su producción y orquestaciones, que fue bien trasladado al sonido eléctrico en directo, remarcando los toques de soul que también salpican algunas de sus nuevas composiciones.
Sin salirse de los cánones comenzó el concierto con “La señal”, la pieza que abre su último disco, seguido por otra de sus nuevas canciones, “Escúchame”, que nos trasladaba a las jazzbands del este de EEUU, acentuando ese lado canalla que resaltaban la perilla y el perpétuo sombrero que le acompañó durante toda la noche.
Tras estas dos primeras tomas de contacto, nos presentaba a la banda que le acompaña, con nuevas incorporaciones, y se arrancaban con “She´s my baby”, echando la vista hacia atrás, a su disco “la hora de los gigantes”. Acto seguido, nos recordaba que le debíamos un concierto aquí en Bilbao, y quizás con la inconsciencia de recuperar ese tiempo perdido se lanzaron en picado hacía otra de sus nuevas canciones, “lo hago por tí”, con toques de gospel en unos omnipresentes teclados y riffs de guitarra que podrían haber salido de los dedos de Keith Richards.
Y siguieron desgranando el nuevo disco con la canción que le dá título y que trasladaba al público a las calles de Nueva Orleans. Y casi sin apearnos llegó Berlín, coreada por una sala llena y un público ya entregado desde sus primeras notas, que enmudeció pocos minutos después con la versión que nos regalaban de “La carta”, fantástica canción de “termonuclear” que acompañada por el juego de luces y el rasgueo country de las guitarras nos despertaba de la ensoñación.
Y entre aplausos del público…nos presentaron “cachorro de león”, un medio tiempo que rezuma a Beatles y que Coque dedicaba a su hermano mientras paseaba sólo por el borde del escenario, emulando quizás a la equilibrista de la que habla la letra. Y de ahí llegaba el turno de volver a calentar el ambiente con “cenizas en el aire” y un Coque poseído por el missisipi blues, revelando de nuevo a contraluz ese toque canalla que entusiasmaba al público y que terminaba en una lluvia de purpurina.
Para tomar algo de respiro, recuperamos otra pieza de “Termonuclear”, “moneda”, más sosegada y coreada nuevamente por el público que abarrotaba la sala. Coque se estaba divirtiendo y tras una pequeña broma u homenaje a Frank Sinatra, volvimos de nuevo la vista al pasado funky del cantante rescatando esta vez sí “sabor salado” de los ronaldos y acompañado de unos giros sobre el escenario al más puro estilo Michael Jackson.
Y llegó el turno de una de las piezas más sobrecogedoras, “me dejó marchar”, hermosa balada de su último disco y en la que las secciones de cuerda se sustituyeron por un toque más acústico, recogido e íntimo encima del escenario. Y Coque se quedó sentado, sólo frente al público arrancando de su guitarra los acordes de “Lo intenta”, un vals que nos meció hasta el clímax en el que se unió de nuevo la banda para acto seguido recuperar “saca la lengua” de los ronaldos con un rompedor sólo de teclado.
Y anunciando la recta final del concierto, ya se apagaban las farolas…, y el público coreaba las letras de “hace tiempo”…con Coque cantando a capela. Nos quedaban “santo santo” y la ineludible “no puedo vivir sin ti”, con el público entregado y emocionado.
Para rematar el concierto volvieron los aires de blues de “hasta el final” como si de una letanía se tratara. 90 minutos que dejaron satisfechos a los que habían tenido que esperar meses para poder disfrutar del directo del cantante.
Tras unos pocos minutos de tregua del público, el grupo volvió para regalarnos otro par de píldoras de nostalgia, en forma de “guárdalo con amor” de Los Ronaldos y “despierto”, esa otra pequeña gran canción que abre “termonuclear”.
Y finalmente entre los ritmos de Young Americans se despidieron Coque y su banda agradeciendo al público y prometiendo que la próxima ocasión no se haga esperar tanto. Eso esperamos todos.
Lugar: Stage Live (Bilbao)
Fecha del evento: 3 de diciembre de 2016
Texto: Gorka Garcia
Fotografías: Eva Zalbidea
