Un martes y llenazo de los buenos. Concierto tras concierto no le falla el público bizkaino. Pero es que quien se resiste a poder ver a esta mujer en directo. Combinación perfecta de la música soul via Stax con el rock y el blues más enérgico y potente de gente como Little Richard o Chuck Berry. Todo en uno. Porque Nikki Hill se mueve como pez en el agua en cualquier registro que se tercie. Ves pasar en su interpretación la época más brillante de la música de los años 50, 60 y 70 y sin despeinarse. Nada se le resiste. Pero claro, lo que más marca es la voz de Nikki Hill y esta nos recuerda a artistas legendarias como Aretha Franklin ó Etta James sin necesidad de hacer un tema soul lo que todavía mola más. También hay que destacar a su marido Matt Hill, que no ha dudado en aparcar su carrera solista, para mí de lo más sorprendente que salió en su día, para apoyar a Nikki a despegar y de qué manera. Nos presentan su segundo disco “Heavy Hearts, Hard Fists” que se mueve por los mismos registros de su debut e incluso más rockero si cabe.
Puntuales aparece el grupo en el escenario y con un miembro nuevo. Un joven guitarrista que por lo visto no está para pasar el rato. Y Nikky con ese peinado que te recuerda a los tupes que se gastaba el Little Richard. Y no se andan por las ramas. Hay que animar al personal a las primeras de cambio y nada mejor que su lado más rock and rollin’. “(Let Me Tell You ‘ Bout) Luv”, “Ask Yourself” y un “Struttin’” con la guitarra de Robert ya ajustada como dios manda. Tanto él como Matt se lanzan en un incendiario guitarreo que pone al público en éxtasis. El grupo animando al personal a colaborar y este encantado y las palmas echado fuego. Y es que Nikky contagia ganas de fiesta con esa sonrisa y sin parar de moverse en todo momento. Siguen con una emotiva revisión del “You Can´t Put Your Arms Around Your Memory” de Johnny Thunders que le sienta como un guante a Nikky. Un poco de respiro para volver a pisar el acelerador con “I’ve Got A Man” con otro final donde los guitarras se salen, el toque rockabilly de “Strapped To The Beat” que anima el cotarro de lo lindo y un pletórico “Mama Wouldn’t Like It”. Tiempo para que Nikky vuelva a lucirse y mostrar ese pedazo de voz que tiene con “And I Wonder”. A la carga de nuevo y nada mejor que el “Sweet Little Rock and Roller” de Chuck Berry y montar un pollo de los buenos. La banda cuesta abajo y sin frenos. Robert la doma que no veas y no me extraña teniendo a la jefa que no te quita el ojo. Se lo pasan teta y el público ni te cuento. Ver a Matt tocando encarado con el bajo no tiene precio. Los dos fuera de sí. Un poco de relax con otra maravillosa interpretación de Nikky en “Heavy Hearts Hard Fists”. Un tema también reposado como “I’m Gonna Love You” acaba en otro final donde los guitarras no dejan títere con cabeza. Y cuando parece que está todo el bacalao vendido cae “Right On The Brink” y Nikky nos lleva al séptimo cielo. Qué manera de incendiar un escenario. Se me cae la baba. Se sale por los cuatro costados. Y llega el final con un “Scratch Back” que pone patas arriba el Antzoki con toda la gente entregada y pasándoselo bomba.
Para los bises siguen a fuego con “Oh My” haciendo que la gente cante, de palmas y lo que haga falta. De seguido el “Keep A Knockin’” de Little Richards que es la guinda al pastel. La insistencia consigue que salgan otra vez y nos deleitan con el “Twistin’ The Night Away” de Sam Cooke que en la voz de Nikky es gloria bendita.
Nos anuncia que no tardaran en volver si es que se van ya que viendo el resultado de las elecciones americanas igual ni vuelven a su país. Porca Miseria.
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 8 de noviembre de 2016
Texto: Antonio López
Fotografías: David Mars