Bruce Springsteen llego a San Sebastian en su gira de “The River Tour”. Cualquier concierto de Bruce siempre es muy disfrutable pero en este caso estamos hablando de uno de sus discos más carismáticos. Para mí fue el inicio para entrar en el mundo de Bruce. Antes ya había pasado por casa material de este hombre. Recuerdo el pirata “Piece Of Resistence” sonando en una tocata de maleta que le habían dejado a mi hermano. Mi primera toma de contacto con “The River” fue enfermo en la cama y la compañía de una radio donde lo empezaban a poner. Y ese mismo año me hice con él en un viaje de colegio a Andorra. Yo con mi lista de discos “punk” de aquella época. Me hago con unos cuantos. Vuelvo a la tienda con un compañero que quiere comprar música. Veo el “The River” y me digo este me lo llevo de gratis. Pero era tan gordo que no me entraba en la bolsa. Me pilla el dueño. Bueno, sólo me hizo pagarlo. Una de mis mejores inversiones. Y a partir de entonces siempre ha sido una debilidad. Este disco al principio era como los recopilatorios dobles de Elvis Presley. Cuando más joven eres sólo oyes el primero de los discos ya que es el que más meneo tiene y con el paso de los años descubres el segundo y ya lo disfrutas en toda su totalidad.
Y qué decir del concierto. Que nadie tiene las canciones de Bruce y si encima añades que no hay disco nuevo y se centra en el repaso de “The River” pues no hay descanso. Un delirio. Porque con disco nuevo a Bruce siempre le gusta tocar bastantes temas del mismo y te da tiempo para coger aire ya que es difícil que estén a la altura de sus clásicos. Pero esta vez es un subidón continuo. Todo el concierto en la gloria y al final acabas casi pidiendo la hora porque estas noqueado y ya sin fuerzas. Nos encontramos a un Bruce con ganas de contacto con el público por lo que continuamente se baja del escenario y se acerca al mismo. Los que estamos en pista no sabemos ni donde está. Así que te puede pasar que de repente lo tengas delante de tus narices como ocurrió en “Hungry Heart”.
Respaldado como siempre por una máquina de precisión. Una E Street Band que es como un huracán en los temas más energéticos y cuando llegan los tranquilos todo exquisitez. Verle tocar la batería a Max Weinberg no tiene precio. Pletórico es poco. Como empuja. La guitarras de Steve Van Zandt y Nils Lofgren soberbias y dando siempre el respaldo adecuado a Bruce. El maestro Roy Bittan haciendo volar las canciones y llevándolas a otro nivel. Garry Tallent en un segundo plano que casi pasa desapercibido ante el desenfreno que se marcan los demás. Un Jake Clemons ya asentado en la banda y cogiendo esa parte de protagonismo que tenía Clarence Clemons. Y el resto de la banda cumpliendo a la perfección el papel que le toca.
Y con un público volcado de antemano el concierto es una fiesta de principio a fin. Que mejor manera para ello que empezar con “Working on the Highway“, “No Surrender” y un “My Love Will Not Let You Down” que nos pone en una nube con Max Weinberg atizando la batería de qué manera. Y lo que sigue después es que no tiene nombre. Así del tirón “The Ties That Bind”, “Sherry Darling” y “Two Hearts”. Tiempo para darse un garbeo y coger carteles de la gente y elegir “Independence Day” en una interpretación magistral. Vuelta al fiestón con “Hungry Heart” y Bruce recorriendo todas la ramplas puestas para acercarse al público. Y otra vez un subidón de los buenos con “Out in the Street”, “Crush on You” y “You Can Look (But You Better Not Touch)“ que es para perder la cabeza. Otra vez se baja a coger carteles y coge un abanico con…..”Fired”. Sorpresa de la noche y una gozada de principio a fin. Nos dice que hace mucho que no la tocan así que nos toca el gordo. Siguen con “I Wanna Marry You” que derrite un icebert. Es hacer soplar la armónica y ya reconocemos “The River”. Un recio “Point Blank”. Todas interpretadas por un Bruce que te deja con la boca abierta. Esta magistral. Pero hay que subir las pulsaciones así que a por “Murder Incorporated” que hace arder el escenario con Bruce y Steve haciendo de las suyas. Echan fuego las guitarras. Otro cartel nos indica el turno de “Ramrod”. Enorme. Te parece imposible que esté pasando. Estas ya en un momento en que parece que esperas que lleguen temas que frenen este torrente de música. Pero no, la cosa sigue al rojo y da otra vuelta de tuerca con “Darlington County” y ya me rindo y es para ponerse de rodillas con un “I’m Goin’ Down“ que te deja sin aliento. Y ya te da igual todo. Lo que quieras Bruce. Me veo cantando a pleno pulmón “Waitin’ on a Sunny Day” con niña del público incluida. Y darte el tiro de gracia con un “Drive All Night” en el que casi me desmayo. Seguramente el tema del concierto. Pero esto no ha acabado. El combate sigue. Izquiera derecha, arriba abajo, hasta que caigas en la lona. Con “The Promised Land” te deja a punto y “Because the Night” ya te hace temblar las piernas. Coges un poco de aire con “Brilliant Disguise” y “The Rising”. Pero lo que tarda en llegar “Thunder Road” para hacerte estremecer de nuevo y llevarte al séptimo cielo y poner Anoeta patas arriba con “Badlands”. La comunión con el público es total y todo un espectáculo la que se forma. No comento nada de bises porque cuando parece que se retiran los tíos vuelven a la carga con un poco fino “Born in the U.S.A.” con sonido ochentero incluido. No pasa nada. “Born to Run” nos pone en la senda adecuada de nuevo. El final de fiesta se aproxima pero para que no decaiga hay están “Glory Days” y “Dancing in the Dark”. Y ahora sí que sí. Turno para recordar a los amigos perdidos con “Tenth Avenue Freeze-Out” y el punto final con “Twist and Shout” en clave bamba que hace bailar a todo el estadio.
Y cuando están a punto de retirarse amago de Bruce de ponerse la guitarra. Que si, que no. Al final si para delirio del personal. Y todos a corear “Bobby Jean”. Bruce despide a toda la banda antes de abandonar el escenario y vuelta la gente a pedir más. Otra vez amago de que si de que no. Al final acústica en mano y armónica toca “This Hard Land” pero ya estaba todo el pescado vendido.
Poco más que añadir. Sólo un gracias tío.
Lugar: Anoeta (Donostia)
Fecha del evento: 17 de mayo de 2016
Texto: Antonio Lopez
