Como todos sabemos, el verano es la época del año en la que los festivales están en pleno auge. El buen tiempo anima a salir y a celebrar la música al aire libre, que es algo que echamos de menos durante el resto del año.
Durante esta última década han surgido infinidad de festivales de todo tipo y para todos los gustos. Sin duda y hasta el día de hoy puedo decir que Slap! Festival se encuentra en mi “Top 3”. ¿Por qué? Pues porque siempre es un placer disfrutar de los conciertos en un ambiente tan íntimo y especial como lo es el Camping Ciudad de Zaragoza, con sus campas verdes, la piscina que nos salva de morir ahogados de calor, donde tienes todo a mano y donde, por encima de todo, prevalece la pasión y el respeto por la música y por su público.
En esta sexta edición ha habido alguna diferencia con respecto a años anteriores. Para empezar, añadieron un nuevo escenario: LA LEY SECA (el nombre viene de una veterana sala de conciertos de la ciudad). Ello no significó que, como en otros festivales, se produjeran solapes. Ni mucho menos. Cuando había una actuación en un escenario en el otro, simultáneamente, se realizaban las pruebas de sonido del que vendría a continuación. Y, para terminar la jornada, a partir de las 21.30 horas todos los conciertos se trasladaban al ANFITEATRO SLAP!, donde uno tras otro y con rigurosa puntualidad se sucedían el resto de los actuaciones programadas.
Otro cambio fue reducir la duración del festival a dos días (en vez de tres). También los asistentes podían introducir en el recinto su propia comida y bebida, incluso sus neveras. Además, la organización ofreció comida popular a precios más que asequibles: una ración de paella costaba tan solo 1 €. Un autobús gratuito realizaba un recorrido desde el centro hasta el camping y viceversa por la mañana y de madrugada.
Eso sí, lo que no cambió es su manera de programar el festival. El mercadillo retro “Placica Vintage”, el ciclo de cine los días previos al festival en la Plaza de las Armas, el vermut de bienvenida, el Festival Internacional de Arte Urbano “Asalto” (donde además este año te serigrafiaban una camiseta en la caseta que tenían habilitada para ello), la presentación del número 50 de la única revista nacional de música negra “Enlace Funk” (que da nombre a otro de los escenarios), el concurso de DJ’s y la competición de baloncesto se llevaron a cabo, como siempre. Un taller sobre cómo utilizar una “Tabla de lavar” como percusión animó la mañana del domingo. Los niños disponían de una guardería gratuita, y por supuesto los perros eran bienvenidos, algo muy importante que el resto de festivales nunca permite.
Además, este año el Slap! se sumó a la semana cultural “Summer in the City”, iniciativa del ayuntamiento para promover la cultura y que finalizó con la actuación del Bob Dylan en el Pabellón Príncipe Felipe, pagando una entrada a parte del precio del festival.
Siempre es maravilloso poder disfrutar de gran parte de los conciertos mientras te tomas un mojito en la zona de la piscina, donde es inevitable ir a refrescarse porque en Zaragoza siempre hace un calor de justicia. Este año rozábamos los 40 grados.
Y, aunque la zona de camping (tiendas de campaña) está resguardada bajo los árboles, si has tenido la suerte de alquilar un “Bungalove” no puedes tener más comodidades: aire acondicionado, parcela de garaje, ducha y WC completo, porche y un lugar donde abandonar los bocadillos para poder cocinarte unos buenos spaghetti. Para nosotros mucho mejor porque tenemos un lugar donde cargar las baterías delas cámaras y descargar las fotos. Es un auténtico lujo.
Hagamos un repaso de los casi 20 grupos que hemos podido descubrir y disfrutar este fin de semana:
DÍA 1
Sólo es nuestro segundo año y ya reconocimos caras de la edición anterior. Lo que demuestra que el Slap! es un festival muy familiar, donde siempre van amiguetes para pasar un fin de semana maravilloso de sol, piscina y buena música y compañía.
Comenzamos la jornada bajo un sol criminal y un calor asfixiante y nos acercamos a ver a Picore, banda aragonesa muy bien considerada de trance-rock con cuatro discos a sus espaldas. Antes de ir al siguiente concierto nos damos un baño rápido para no sufrir una lipotimia, ya que el calor apretaba que daba gusto.
Los siguientes en actuar fueron los madrileños Black Mouth. Éstos hacen una fusión de funk con elementos de música electrónica y jazz: urban funk. Música de vanguardia para ir preparando a los espectadores.
U.S. Rails fueron calentando el ambiente con su folk-rock de raíces americanas. Eran una de mis apuestas seguras y no decepcionaron en absoluto. Una formación de rock clásica (guitarras, bajo, batería y teclado) pero con cinco voces privilegiadas creando una perfecta armonía capaz de crear un ambiente mágico.
Astrid Jones & The Blue Flaps pusieron el toque sexy a las actuaciones. La dulce voz de Astrid y la música relajante de su banda, que mezcla estilos como el soul, reggae, funk o jazz con mucha elegancia, nos dejaron muy relajados para lo que vendría tras un nuevo chapuzón.
Los encargados de despertar a la masa fueron los bilbaínos Dead Bronco, que consiguieron levantar al público en tiempo récord para que no pararan de bailar en todo lo que duró su concierto, jaleados cuando éste terminó esperando que los vascos tocaran más canciones. Estaba claro que los Bronco serían uno de los platos fuertes del día y del festival. Fue el concierto reconvertido en una fiesta loca, como no podría ser de otro modo. “Broncobilly” a cascoporro para todos, con una fuerza arrolladora a pesar de la falta de cerveza.
Los siguientes fueron Power to the People, una formación de soul-funk compuesta por 12 miembros que ocupaban por completo el escenario con sus atriles y sus partituras, que tantos quebraderos de cabeza nos dieron a los fotógrafos. La potente voz de Dani Reus, acompañada por percusión, vientos y guitarras/bajo no dejaron que los ánimos del público decayeran.
Llegó el momento de desplazarse hacia Anfiteatro Slap! para ver a Luke Winslow-King. Prácticamente vacío cuando éstos cogieron el micro para presentarse, fue poco a poco llenándose de gente, lo que ayudó a la banda a salir de su asombro al presenciar la evidente falta de asistencia cuando abrieron el concierto. Muy sonrientes durante su actuación, disfrutando de la misma y haciendo que el público disfrutáramos con ellos y el folk-rock-blues americano que hacen. Mientras aún sonaba el último tema, Luke se bajó del escenario para bailar con una chica que estaba entre el público.
Algo maravilloso que tiene el Slap! es que siempre hay cabida para grupos locales Porque en Zaragoza hay un gran movimiento artístico y debe darse a conocer. E Irregular Boots es buen ejemplo de ello, una banda local de reggae de calidad que cabe destacar.
Con The Faith Keepers alucinamos. Borja Téllez es una cara conocida en la ciudad. Sin ir más lejos el año pasado le vimos como batería/voz del grupo Los Bengala e incluso su compañero Guillermo Sinnerman y él tocaron con Sister Cookie. The Faith Keepers es funk, groove, es un baile sin fin, es James Brown, un auténtico torbellino sobre el escenario. Téllez como frontman no tiene desperdicio, pura energía y una voz desgarradora, versión del “Bring a little lovin” de los Bravos incluída. Sustitutos de The Coup, dieron un extraordinario concierto.
Los americanos Sonny Knight & the Lakers nos regalaron un conciertazo de auténtico soul y R&B. Sonny no dudó en ligotear con todas las chicas del público, enlazando la mayor parte de sus temas sin descanso y marcándose dos covers del “Daytripper” de The Beatles y el “Sugar Man” de Sixto Rodríguez.
Fanga se encargaron de cerrar la jornada con su maravilloso afrobeat, género que nunca falta en el Slap!. Los franceses estaban encantados, disfrutando del concierto, bailando tanto como lo hacía el público, que coreaba los estribillos “a su manera”. Cuando terminaron, casi a las 4 de la madrugada, aún había 30 grados de temperatura, así que decidimos ir a descansar y prepararnos para la siguiente jornada.
Lugar: Camping Municipal (Zaragoza)
Fecha del evento: 04 de julio de 2015
Texto: Zaioa
Fotografías: gaizka