Oír a C.W. Stoneking es como oír el crujir de la aguja en un vinilo de Bettie Smith o Lightnin’ Hopkins que hay por casa. En el primer disco más blues para ir introduciendo elementos de swing, cajun o más exóticos como el calypso en los siguientes. Si te dicen que son discos de un artista de 1930 o por ahí pues te lo crees sin problemas ya que este hombre usa instrumentos y técnicas de grabación nada acordes con los tiempos que corren. Otros también tocan música tradicional pero la grabación suena actual pero este hombre hasta el sonido que quiere obtener te lleva a otra época en las que la técnica era más arcaica y se obtenía el sonido que se podía. Para algunos ese sonido puede ser malo pero para otros como es el caso es el que le gusta. Todo tiene su encanto. En el último “Gon’ Boogaloo” aparecen unas coristas que le dan un encanto a las canciones y una mayor alegría. Tal como si las Dixie Cups estuviesen haciendo los coros. Invita más al meneíto y a pasarlo bien.
El concierto es en la sala Azkena que presenta una entrada normalita. De teloneros tenemos a los donostiarras Ghost Number & His Tipsy Gypsies. Un sexteto. Contrabajo, batería, guitarra, violín, trompeta y banjo/voz que por lo oído nos remiten a sonidos tradicionales americanos de cuando la conquista del oeste. También hay country y toques de swing. El cantante intenta que la gente se quede con el nombre del grupo pero así diciéndolo del tirón como que resulta difícil quedarse. Por lo demás se muestran correctos en todo momento y nos hacen pasar un buen rato. También suena alguna canción en plan vals Húngaro. Nos presenta el banjo que ya tiene sus cien años. Y comentar lo molón que es el micro del cantante. Nunca había visto uno igual.
La verdad es que me esperaba más gente después de ver la respuesta a otras bandas que se han pasado por la villa y que practican también un sonido de otros tiempos como es el caso de C.W. Stoneking. Tenía la duda de si vendría con las coristas que dan tanta vidilla al último disco ya que supone más presupuesto pero después de ver la colocación de los micrófonos esta queda despejada.
Se tocan todo el disco entero lo que deja a las claras la confianza que tienen en él. Empieza entrando en materia con “How Long”. Con el Are you ready? y el yeahh correspondiente atacan “The Zombie“ con las coristas sorprendiéndonos con unas coreografía divertida que hace que no puedas apartar la vista de cada movimiento que hacen. Con “Get on the Floor“ ya empieza el meneíto y la gente se empieza a soltar.
En disco buscan un sonido de otra época pero en directo suenan potentes. La Fender de C.W. Stonekin echa chispas. La sección rítmica muy sobria con un batería efectivo y un bajo/contrabajo marcando la pauta. Y las coristas que lanzan las canciones de verdad motivando el bailoteo sin freno.
Un “Handyman Blues” de los primeros tiempos nos traslada a cualquier tugurio de Nueva Orleans. Un “I’m the Jungle Man” con ese empiece que me recuerda a Jonathan Ritchman y que invita a mover el esqueleto. Ya sin las coristas llega “On a Desert Isle” que me trae al Elvis de los primeros tiempos de alguna canción de las pelis de vaqueros de esas que hacía. Turno para temas de su anterior disco como “Marchin’ Of The Drum” y “Jungle Blues” con cuerda rota incluida. Y como C.W. Stoneking no es Jackson Brown pues no trae un trailer con 20 guitarras así que toca cambiarla hay mismo y en un plis plas. Con “The Jungle Swing” vuelven las coristas y con ello el meneo y la gente entregada repitiendo el “Jungle Swing” a la vez que estas. Con “Tomorrow Gon’ Be Too Late” y “Good Luck Charm” ya nos tienen en el bolsillo y es que es un no parar. La respuesta de la gente es entusiasta y el grupo se muestra agradecido. Y es que no es para menos. Son temas muy festivos y sólo hay que dejarse llevar. Baja las pulsaciones con “Goin’ Back South” pero dura poco porque con “He’s Been a Shelter for Me” de los Soul Stirrers vuelven las palmas y la diversión. Rematan la faena con un “We Gon’ Boogaloo” de locura. Con C.W. Stoneking tocando de maravilla y el grupo respondiendo y lanzado a cien. Con la gente entregada cae “Yield Not To Temptation” que hace que la fiesta no decaiga pero que es el tema de despedida.
La gente quiere más y para los bises nos reserva “Brave Son of America” y es como si Tom Waits se hubiese dado un garbeo por el Azkena después de una buena farra. Acaba con una muy emotiva “Jailhouse Blues” y pidiendo la colaboración del público para cantarla que responde encantado.
Salgo encantado. Un espectáculo como la copa de un pino y no sé si se volverá a pasar pero desde luego recomendable 100% y estoy seguro que alguno se estará tirando de los pelos por perdérselo.
Lugar: Sala Azkena (Bilbao)
Fecha del evento: 12 de junio de 2015
Texto: Antonio Lopez
Fotografías: Lorenzo Pascual