El llenazo que presentó el pasado sábado 24 de enero en Kafe Antzoki de Bilbao acredita la consolidación del éxito de El Drogas tras su salida de Barricada. Si alguien tenía alguna duda de si Enrique Villarreal iba ser capaz de mantener el listón sin su banda de casi 30 años, queda claro que el tirón del músico navarro permanece intacto.
Los rumores de un posible telonero quedaron disipados cuando sobre el escenario aparecieron a eso de las 21:00 Ángel Casto y los Honorables Teloneros, que no eran otros que el propio Drogas y su banda ataviados con pelucas, chalecos más propios de uniforme de colegio de pago que de un grupo de rock y, en el caso del cantante, gafas de pasta años 60. En el bombo de la batería se podía leer “Sonríe, Dios te ama” mientras el grupo interpretaba cosas como “Help ayúdame” de Tony Roland. Al terminar su breve actuación dejaron a la audiencia escuchando un padre nuestro por megafonía y no sé cuántas oraciones más.
A eso de las 22:00 aparecieron en el escenario El Drogas y su banda, compuesta por Brigi Duque a la batería, Eugenio Aristu “Flako” al bajo y Txus Maraví a la guitarra. Villarreal fue combinando la guitarra, la armónica, la pandereta y simplemente sus habituales bastones a lo largo de la noche. Una noche que prometía ser larga porque no hay que olvidar que la más reciente publicación de El Drogas es el triple álbum “Demasiado tonto en la corteza” que se divide en otros tres subtítulos: “Alzheimer” contiene temas que tratan sobre la memoria y la terrible enfermedad, “Matxinada” hace una radiografía descarnada y brutal de la situación política y social actual y “Glam” se inspira en grupos de los 70 de aquel movimiento, especialmente en T-Rex.
De modo que la noche prometía variedad musical y así fue. Sin contar a los teloneros, nada menos que tres horas que sirvieron para repasar la extensa carrera de El Drogas. Centrándose en el álbum más reciente, que sonó prácticamente en su totalidad con temas como “En punto muerto”, “Lentos minutos”, “Peineta y mantilla”, “Qué mal rato”, “Ya no anochece igual” o “No das pena”, tampoco faltaron clásicos de Barricada como “Tentando a la suerte”, “Todos mirando”, “Barrio conflictivo”, “Bahía de Pasaia”, “Animal caliente”, “Oveja negra” o la inevitable “En blanco y negro”. Tampoco faltaron temas de su otra banda Txarrena”, compuesta en realidad por los mismos músicos que le acompañan en la actualidad.
A lo largo de la actuación, El Drogas hizo alarde de su carisma sobre el escenario, con su peculiar lenguaje corporal y una estética que empezó recordando a la de un brujo vudú y terminó pareciendo la de un bucanero, a medida que se iba desprendiendo de sus gafas negras o su sombrero de copa.
La anécdota de la noche fue que a mitad del concierto, el batería Brigi Duque rompió el bombo y El Drogas y el resto de la banda demostraron sus tablas improvisando hasta que se consiguió resolver el percance.
Tras dos horas de intensa actuación, la banda se retiró y pocos minutos después El Drogas reapareció en solitario con una guitarra acústica, impecable traje blanco y nariz de payaso para interpretar “Sean bienvenidos”, tema de Barricada que sirvió para abrir una larga tanda de bises centrados en la antigua banda navarra y que se cerró a eso de la 1:00 con “Otros tragos”, en la que la banda completa se paseó por el Antzokia con la celebración de todo el público.
No cabe duda de que tenemos Enrique Villarreal para rato, dada la energía, entusiasmo y profesionalidad que demostró este ya veterano clásico del rock.
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 24 de enero de 2015
Texto: Andeka