Se acercan a Bilbao Luke Winslow-King para presentar su nuevo disco “Everlasting Arms”. Si analizas el disco en plan que tipo de música ofrece pues vas a pensar que remite a tiempos muy lejanos, a mi viene a la cabeza la Gran Depresión de 1929 por las pelis, ya que los estilos que abarca son los de música americana muy tradicional e igual piensas que esa música está muy desfasada o que ya lo has oído antes y no te va aportar nada especial. Pero si lo que haces es escuchar el disco y dejarte llevar por la música que encierra te encuentras que todas las canciones son buenísimas y te acaban atrapando sin remisión.
Luke sabe cómo nadie trasladar esa música al presente y darle un toque magistral y que parezca que es lo más nuevo del mundo. Sus referencias abarcan el Blues del Delta con la omnipresente slide guitar y el uso de la técnica de fingerpicking y, sobre todo en el anterior disco, el jazz tradicional que recuerda a Louis Armstrong con ese sonido de trompeta tan característico del maestro. Pero en el nuevo disco también hay country y rock que hacen que el disco sea muy variado y muy disfrutable de escuchar. Es de los que enganchan y de qué manera. Mucha culpa también tiene su mujer Esther que le inspira y en las canciones que canta le complementa a la perfección. Pueden pasar de canciones que parecen tocadas por alguien en el porche de su casa después de un día duro de trabajo a una fiesta en el garito de turno con una banda de bluegrass apagando las penas de los parroquianos. Imágenes que te vienen de películas y que las canciones hacen que las relaciones. Sonidos que te hacen recordar a los vinilos en los que se oía más el ruido de la aguja sobre él que la música en sí.
El concierto es en la parte de arriba del Antzoki que presenta una muy buena entrada con la gente pegada al escenario. Parece que lo retro tiene tirón. Me vienen a la cabeza los conciertos de Allah-Las ó Nikki Hill con muy buenas entradas también.
Empieza con el tema “The Crystal Water Springs” y ya ves como se las gastan tanto Luke como Roberto a la guitarras. Dominio del fingerpicking y de la slide guitar que durante todo el concierto demuestran su maestría en la materia. Le sigue “The Coming Tide” con Esther apoyando en las voces que es una gozada y dándole a la tabla de lavar. Están por la labor de que la gente participe en el concierto y ya intentando que se coree el título de la canción. El siguiente tema es una versión del bluesmen Bukka White “Jitterbug Swing” muy movidita y que da a entender por donde van sus influencias. En esta canción nos presenta a la banda. El batera, con esa forma tan jazzy de agarrar las baquetas, y la contrabajo marcan el tempo de maravilla a unas guitarras muy conjuntadas. En esta canción Esther cambia la tabla y hace sonar una herradura. Lo cual lo repite en varias canciones. Esto sí que es “retro”.
Siguen cayendo temas de su último disco como “Domino Sugar” con las dos guitarras echando chispas en su duelo particular. Un “Everlasting Arms” donde Luke pide la colaboración del público y es muy coreado por la gente. Consiguen transmitir esos sonidos tan tradicionales que hacen que la gente se deje llevar y acabe dando palmas y meneándose disfrutando de lo lindo. Abarca todas sus influencias, del blues de “Traveling Myself” a la muy New Orleans “Let ’em Talk”. Llega el turno de “Cadillac Slim” donde Luke vacila intentando que primero cante el sector femenino el título y luego el masculino poniendo vozarrón. Un tema donde nadie se resiste a mover el esqueleto y a seguirle la corriente.
Hay un momento donde Luke se queda solo y nos toca una canción en plan Woody Guthrie que es una gozada para la siguiente ya con la banda volver el meneo y hacer que la gente colabore en el tema y hacer las delicias del respetable. Los títulos, ni idea, ya que Luke se salta el setlist y podría ser la primera “Goin Home” y la siguiente “Breakdown”.
Le sigue uno de los puntos álgidos del concierto con el temazo “Last Night I Dreamed My Birthday” y con una lección de Roberto a la guitarra magistral. Acaban con “Swing That Thing” con toda la gente dejándose llevar por el ese ritmo tan frenético y que consigue que el Antzoki se transforme en la Teta enroscada de Abierto Hasta el Amanecer.
Para el bis la versión de Fred McDowell “Kokomo Me Baby” y con Roberto tocándolas de todos los colores. Menudo crack.
Los tíos acabaron encantados con la respuesta del público y prometiendo que volverán fijo. Pues nada, esperemos que a la siguiente el boca-oreja funcione y que lo peten otra vez pero en la parte de abajo del Antzoki.
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 23 de enero de 2015
Texto: Antonio Lopez
Fotografías: Koldo Orue
