Israel Nash regresa al rock de la tierra con el que creció, a las raíces que le unen a Petty y Springsteen, en su nuevo álbum, ‘Ozarker’, que viene a presentar con su banda en su primera gira por salas en 11 años
Grabado con el productor Kevin Ratterman (My Morning Jacket, Ray LaMontagne), la nueva y conmovedora colección de canciones de Nash es una oda a sus raíces, una meditación sobre el amor y la familia, de la belleza y el dolor que pasa de generación en generación, en los lazos que nos unen en los buenos y los malos tiempos. La música se remonta a ese rock de la tierra con el que Nash creció (Petty, Springsteen, Seger), con esas guitarras imponentes y las melodías hímnicas, y letras casi cinematográficas, pintando paisajes de los hombres y mujeres del día a día que ponen lo mejor de ellos para vivir con dignidad y amor propio. Algunos personajes provienen de las propias historias familiares de Nash, otros son prestados, pero todos tienen en común esas característica distintitva del medio oeste americano, y sus sueños, triunfos y fracasos representados con ternura y empatía. Sería fácil mitificar los lugares de donde proviene desde el beneficio de la distancia y a toro pasado, pero ‘Ozarker’ presenta sin embargo una mirada honesta, íntima, resistiendo la urgencia de romantizar el pasado y sin perder su humanidad y su corazón.
Hijo de un predicador baptista y una artista, Nash alcanzó primero la fama en Europa, construyendo una base fiel de seguidores con varios aclamados discos que le llevaron a firmar con el sello británico Loose. Cuando comenzó a conquistar al público americano, dejo su hogar adoptivo de Nueva York por Dripping Springs, en Texas, donde construyó su propio estudio en un rancho, abrazando un sonido más espacioso y psicodélico que le hizo aterrizar en algún punto entre Neil Young y Pink Floyd. Rolling Stone le llamó “un maestro de las texturas sonoras” y Mojo se refirió a él como “un visionario del folk-rock”
Tras la muerte de Tom Petty, Nash regresó a la franqueza y la precisión artesana de discos como ‘Full Moon Fever’ o ‘Damn The Torpedoes’, y de ahí el salto a ‘Born In The USA’ y ‘Night Moves’ fue un paso lógico, regresando a ese sonido con el que creció. Aquello le llevó además a reflexionar acerca de su propia historia. Alquiló una casa en Blanco River, cerca de Wimberley, Texas, y empezó a trabajar solo con una guitarra, un viejo teclado Casio, una vieja máquina de ritmos y una grabadora de cuatro pistas. La idea era forzarse a mantenerse simple y honesto, a evitar las rutinas o perderse en escribir con urgencia.
El resultado es un exuberante muro de sonido que resulta ‘vintage’ y moderno a la vez, repasando 50 años de rock de raíces americano en una fiera vorágine sónica.
Fechas de la gira:
20 de febrero – Kafe Antzokia, Bilbao – COMPRAR ENTRADAS
21 de febrero – Factoría, Avilés
22 de febrero – Sala Copérnico, Madrid
23 de febrero – Loco Club, Valencia
24 de febrero – Rock & Blues, Zaragoza
25 de febrero – Sala Upload, Barcelona