Lapido nos visita en la gira de presentación de su nuevo trabajo que ha titulado “A primera Sangre”. Y después de quedarnos con las ganas de verle cuando saco “El alma dormida” que justo coincidió con el inicio de la pandemia hacen del concierto una cita obligada. Y es que Lapido no falla y vuelve a regalarnos una colección de canciones que seguro no defraudará a nadie. Un trabajo completo donde el mundo de Lapido tanto musical como a nivel de letras sigue siendo imbatible y que se disfruta de la primera a la última canción. Y es el WOP quien se encarga de organizar el concierto. Hacen doblete después de traernos a Marah. Y si ya dan en el blanco con la tarea de su organización con la elección de los grupos aciertan de pleno y nos tienen más que contentos.
El concierto es en Kafe Antzokia de Bilbao que presenta una muy buena entrada. Como nos dice Lapido al ver la respuesta de la gente todo merece la pena al encontrarse con esta situación y el viaje de tantas horas se hace más llevadero. Pero somos nosotros los que se lo agradecemos por el esfuerzo y el maravilloso concierto ofrecido. Y lo que está claro que un disco de Lapido no lo saca para justificar una gira. Se toca todo el disco y el concierto no baja las pulsaciones en ningún momento. Una intro de guitarra que remite al Sacromonte granadino acompaña la aparición de Raúl Bernal, Víctor Sánchez, Popi González y Jacinto Ríos que escudan como siempre a Lapido. Empieza comedido con revisiones de “Antes de morir de pena” y “No digas que no te avisé” y ya para “Luz de ciudades en llamas” afilar las guitarras de veras y con “Lo que llega y se nos va” ir a por todas con la banda lanzada de veras que nos la muestra compacta y compenetrada a las mil maravillas que nos cura el alma, la mente y todo lo que quieras. Turno para dar un repaso exhaustivo a “A primera Sangre”. Todas funcionan de maravilla pero bueno no hay quien se resista a “Curados de espanto” con la que bridamos las veces que quieras. “Uno y lo contrario” se la dedica a filósofos varios que no se si existen o los dice de vacilón porque a mí me sacas de los clásicos y ya me pierdo. Una canción que en directo igual no es tan fácil de trasmitir a lo hay en el disco pero los tíos salen campeones de verdad. Disfrutamos de “De cuando no había nacido” y “Antes de que acabe el día“ y del gran trabajo de Víctor Sánchez a la guitarra acompañando la acústica de Lapido. Siguen con el blues infernal a lo Lapido para “Malos pensamientos” con la guitarras echando azufre. Turno para “No queda nadie en la ciudad” que como nos dice Lapido le otorga el don de adivino por lo que vino con la pandemia. Acompañan los “ahhhs” de la gente con un gran sólo de guitarra de Víctor. Con “Lo creas o no” no cogen prisiones, se muestran demoledores y nos dejan exhaustos. Con “Por sus heridas” cogemos aire pero nos ponen la piel de gallina con su interpretación. La pluscuamperfecta “Creo que me he perdido algo” con ese deje psicodélico tan molón con una banda que lo borda. Siguen con la guitarrera “¡Cuidado!” con un Víctor en modo killer total. Las celebradas “Cuando el ángel decida volver” y “De espaldas a la realidad” no fallan y son mano de santo pero nada comparado a “El Dios de la luz eléctrica” con un Lapido memorable y echando fuego de su guitarra.
Se despiden pero no tardan el volver. La verdad es que después de “El Dios de la luz eléctrica” te quedas tan satisfecho que es como si todo se parase y cualquier cosa que venga después no tiene sentido pero el tiempo justo claro está. Empiezan con “De noche la verdad” que es la nana perfecta para que el niño se quede muy a gusto en brazos de su padre que ha venido con toda la familia. Una gozada es “En el ángulo muerto” con un gran trabajo a la slice de Víctor. Momento para que Lapido se acuerde del WOP y la gran labor que hacen y que no nos casaremos de recordar. “La versión oficial” es un gozo total que la cantas desde lo más dentro de ti. El otro día me decía un tío que no entendía las letras de Lapido. Pero ¿hay que entenderlas?. Nunca me lo había planteado porque para mí son la complementación perfecta a su música y son tan para cual. Si suena bien la música es porque también suenan bien las letras. Y que dicen, fácil de resumir: La raza humana no tiene remedio y está condenada a la extinción. Así lo veo yo. Se despiden de manera brillante y a guitarrazo limpio con “Cuando por fin” que la gente arropa con sus palmas. Se vuelven a ir. Pero hay que rematar la faena. Eligen un emotiva “En la escalera de incendios” cantada a pelo por Lapido acompañado por el teclado de Raúl y haciendo voces tanto Víctor como Popi. Pero no quieren que nos vayamos taciturnos y nos vuelven a poner el ritmo cardiaco a cien para fulminarnos con “La antesala del dolor“ que es el broche de oro a un conciertazo.
¿Para cuándo nos ponen el Ave?. Qué queremos a Lapido más habitualmente por estos lares.
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del Evento: 21 de Mayo de 2023
Texto: Antonio López