Quizá por primera vez en la historia del mundo el 25 de abril cientos de persona acudían con una sonrisa enorme a la universidad, y no, no era San Cemento ni había una sangriada, los responsables eran FestiMad, que como ya es tradición nos hacen disfrutar de lo mejorcito del panorama nacional, en esta edición apostaron por Izal, que convirtieron el Auditorio Padre Soler, situado en el campus de Leganés de la Universidad Carlos III en lo más parecido al Estadio Vicente Calderón.
Mientras el auditorio se iba llenando salió a escena Montoto, que escudado tan solo en su guitarra y pop melódico se ganó al respetable y consiguió que se arrancasen con palmas y coreasen algún estribillo. Montoto presentaba en acústico “Bienvenido a la otra dimensión”, su nuevo trabajo, sin duda habrá que estar muy atento a la evolución del madrileño.
Quizá muchos pensaron que al tratarse de un auditorio Izal tendrían que adaptar su directo y hacer algo más acústico, pero con los primeros acordes de “Despedida” se disiparon todas las dudas, nos encontrábamos ante un show eléctrico en toda regla. El público había venido a disfrutar y desde la primera canción se dejaron llevar por ese buen rollo que desprenden los madrileños, eso que hace que no puedas parar de bailar durante todo el concierto.
Izal lleva a sus espaldas una larga gira, pero está muy claro que este concierto lo recordarán por el ya conocido como IZALAZO http://youtu.be/d3R0eTl7EPM , y es que dejándose llevar por la fuerza de “Tóxica” Mikel tuvo una caída que se saldó con una guitarra a la que había que volver a afinar. Pero bueno, el incidente dio mucho juego y fue el objeto de todas las bromas durante la actuación. Llegaba el momento de la fiesta, del que ya es casi un himno, el momento de tirar confeti, y así fue como perdimos las formas y las maneras dejándonos la voz con ese “Qué bien”, que sonó genial, astuto, indecente y tan maravillosamente oportuno.
Y sin darnos cuenta nos metimos en un vertiginoso baile de canciones en el que Mikel alternaba de pareja continuamente, unas veces en sus manos estaba la guitarra eléctrica, otras apostaba por los suaves acordes de la acústica, en temas como “Magia y efectos especiales”, y otras por el ukelele que si está en manos del madrileño es sinónimo de bailar y saltar como si no hubiera un mañana. En “Okham” el espíritu de Isabel Gemio poseyó a Mikel, quien micrófono en mano se paseó por los pasillos del auditorio para cantar rodeado del público ese “uoh oh oh uoh oh oh oooh”. El final se acercaba, era el turno de los Epílogos, que sonaban acompañados de los delicados acordes del teclado de Iván Mella. Y así salieron del escenario, pero los gritos del público pidiendo más dieron paso a unos bises que no pudieron estar cargados de más energía, lo primero en sonar fue “Asuntos delicados” y su “arrímate”, coreado por el público como una letanía. Con “Prueba y error” parecía que el auditorio se iba a caer de un momento a otro y es que el público bailó, cantó y saltó como si fuera el último concierto de sus vidas, Izal se despidió con su mujer favorita, la que nunca les falla y la que hace que los espectadores enloquezcan y estén dispuestos a volar con la Mujer de Verde hasta donde haga falta.
Izal hicieron de la noche una fiesta que no nos dejó ni un momento de respiro, dos horas de bailes y risas, con un auditorio hasta la bandera y lleno de jóvenes y niños, que no quisieron perder la oportunidad que se les brindaba, y es que si eres menor de edad y te gusta la música en este país tienes muy pocas ocasiones de disfrutar de un concierto así.
Lugar: Universidad Carlos 3 (Madrid)
Fecha del evento: 25 de abril de 2014
Texto y fotografías: alba