Sí. Lo reconozco. Voy a ser sincera cuando os diga que no conocía John The Conqueror. Por una parte me alivia saber que es una banda joven formada en 2012, por otra me da pena no haber disfrutado de ella un poco más. Aunque nunca es tarde. Empecé a escucharles cuando supe que venían a Bilbao y desde luego, fue todo un descubrimiento. 100% recomendable para amantes de la buena música.
Dos terceras partes del trío es originario de Jackson (Mississippi), donde mamaron la influencia musical que les caracterizaría como banda: el Delta Blues, pero con intensos matices de rock, soul y funk. Pierre Moore (voz y guitarra) y Michael Gardner (batería) se trasladaron a Philadelphia, donde conocieron al tercer componente del grupo, Ryan Lynn al bajo, al que admitieron en la formación a pesar de haberse creado originariamente como un dúo. Y este fue el principio de una prometedora carrera.
Su primer álbum de estudio surgió en 2012, titulado como el propio nombre de la banda. Diez temas que te dejan con la boca abierta y con ganas de ser partícipe de su evolución. Y es en 2014 cuando han lanzado “The Good Life”. Cómo lo bonito de la vida es que siempre tienes tiempo para descubrir cosas nuevas, ahora sólo queda hincar codos a este último disco.
Aunque creo que la publicidad que les están haciendo para promocionarles no es la adecuada (“del creador de The Black Keys” es su eslogan, aunque no acabo de entender tal comparación ya que el sonido es bien distinto, se acerca más a Gary Clark Jr.), debo reconocer que me parece un grupazo. Cierto es que probablemente podrían haberse entregado más, pero yo quedé satisfecha a pesar de que no disfruté al 100% del concierto puesto que la luz cegadora del escenario me estaba derritiendo la retina. Si a esto le sumas la cantidad de gente que había y los que se dedicaban a ponerse al día sobre sus que haceres semanales, bien podría haber salido de una mala leche considerable. Y no fue el caso. La verdad es que con poco más de una hora no tuve suficiente, pero vamos, que estoy acostumbrada a que los grupos que más me gustan de los festivales toquen ese insuficiente período de tiempo.
Catorce temas más un bis, entre los que incluyeron una versión de Muddy Waters (Got my mojo working) que hacen que, con todos los contras acontecidos, tenga ganas de volver a verles pero en mejores condiciones. Ya en la segunda crónica hablaría de si es una banda fría y estática o el concierto del jueves fue un suceso aislado. Porque vale, puede que no fuera muy apasionado, puede que estuvieran comedidos y el tiempo muy controlado, y que fueran a clavar los temas, pero vamos, que Mark Lanegan es una estatua de sal y no por ello deja de ser un músico increíble.
Lugar: Hika Ateneo (Bilbao)
Fecha del evento: 13 de febrero de 2014
Texto: zaioa
Fotografías: gaizka